Los parques eólicos deben estar excluidos de la Montaña Pasiega

Más de cien aerogeneradores amenazan la candidatura de Reserva de la Biosfera de los Valles Pasiegos.

Desde Fundación Naturaleza y Hombre, WWF, Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, SEO Birdlife y Fundación Oso Pardo queremos alertar sobre la instalación de industrias eólicas en plenos Valles Pasiegos y Montaña Oriental, espacios con grandes valores paisajísticos y culturales.

Los proyectos contemplan, por el momento, la instalación de 144 aerogeneradores distribuidos en distintos parques eólicos: Ribota, Berana y Monte Garmas (Villacarriedo, San Roque, Selaya, Saro y Santa María de Cayón); Cildá (Luena, Molledo y Corvera de Toranzo); La Rasa y Garma Blanca (Arredondo, Ruesga, Solórzano, Entrambasaguas, Río Tuerto y Miera); y Zalama (Soba).

Algunos de estos parques están situados entre las cuencas de los ríos Pas, Pisueña y Miera, y junto al Lugar de Interés Comunitario (LIC) Montaña Oriental, perteneciente a la Red Natura 2000, y suponen un asalto inútil al paisaje.

A ello hay que sumar los proyectos situados fuera de la Montaña Pasiega, como Bustasur en el Monte Hijedo con 17 aerogeneradores más, y otros.

Estos planes son incompatibles con la deseada declaración de los Valles Pasiegos como Reserva de la Biosfera, cuyo objeto es la conservación del paisaje, las especies, los ecosistemas naturales y la biodiversidad para, a partir de ahí, promover un desarrollo socioeconómico sostenible y compatible.

En la Montaña Pasiega ya se han ubicado diferentes instalaciones  de energías renovables y numerosas en Cantabria y Burgos, por lo que es imprescindible evaluar el impacto acumulativo del conjunto, en lugar de tratar individualmente cada parque.

Impacto sinérgico y biodiversidad

La industrialización de la montaña repercutirá negativamente en el paisaje, aparte de por los propios aerogeneradores, por la instalación de tendidos eléctricos kilométricos, la apertura de accesos o la construcción de  instalaciones complementarias como edificaciones o subestaciones eléctricas.

Los parques eólicos, en algunos de los emplazamientos en que se quieren levantar, implicarán la destrucción de hábitats de gran calidad como turberas altas degradadas, brezales húmedos atlánticos de zonas templadas con Erica tetralix (brezo de turbera), que todavía pueden regenerarse de manera natural.

La fauna se vería gravemente afectada, en particular las aves, y especialmente planeadoras como el buitre leonado, el alimoche, de las que existen poblaciones muy importantes en el inmediato LIC Montaña Oriental, y otras rupículas que, según los diferentes estudios, se ven afectadas por frecuentes colisiones. En este sentido, las industrias eólicas se pretenden ubicar a escasos metros de las zonas de Red Natura 2000, en contra de lo recomendado por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), así como de lo contemplado por la propia Directiva Comunitaria de Hábitats.

Economía local

El proyecto podría afectar seriamente a la economía local y al turismo, y a emprendimientos como alojamientos rurales, hostelería, rutas de montaña, educación ambiental…

El plan altera el paisaje y afectará a algunas de las mejores áreas pasiegas, con excelentes panorámicas, cabañales y rutas turísticas. Supone un grave impacto que pondría en riesgo la declaración de Reserva de la Biosfera de los Valles Pasiegos, fundamentada en la integridad de un paisaje construido por el hombre y marcado por el uso ancestral que este ha hecho de prados, cabañas, bosques y pastos.

Una de las industrias eólicas previstas afecta precisamente al núcleo de la proyectada Reserva de la Biosfera, lo que podría frustar esta importante iniciativa.

Las organizaciones firmantes están comprometidas con la lucha contra el cambio climático y las energías renovables pero recuerdan que esta debe desplegarse protegiendo la biodiversidad para evitar la posible fragmentación de hábitats, la perdida de conectividad ecológica, la muerte por colisión de vertebrados voladores, la destrucción de paisajes conservados y otros efectos de índole social. Motivos todos ellos suficientes para que su ubicación necesite una valoración exhaustiva al objeto de dotar a la misma de todo su sentido.

Por último, las organizaciones firmantes apoyan el documento que ya en 2011 presentó Fundación Naturaleza y Hombre, con una Propuesta de Áreas de Exclusión Eólica en Cantabria refrendada por numerosas entidades dedicadas a la conservación del medio ambiente, y que pretendía servir de herramienta para el desarrollo sostenible de las energías renovables tanto para los promotores eólicos como para las administraciones encargadas de velar por la conservación de la biodiversidad en Cantabria, así como para ONG’s y asociaciones.

En dicha propuesta se recomendaba que un área tan excepcional como la de Ribota y Alto del Caracol, donde iría uno de los parques proyectados, o la de Monte Garmas, deberían estar excluídas sin duda de cualquier proyecto como el que se quiere llevar a cabo. Y también el Plan Regional de Ordenación Territorial (PROT) contemplaba como zonas de exclusión eólica aquellas en las que se quieren instalar los parques.

Las organizaciones firmantes abogamos por un desarrollo territorial respetuoso con la biodiversidad, el paisaje y los recursos endógenos, en donde una propuesta de Reserva de la Biosfera debería ser el emblema para la protección de un área de gran significación e identidad regional.

FIRMANTES:
Fundación Naturaleza y Hombre, WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, SEO Birdlife y Fundación Oso Pardo.

MÁS RECURSOS:
Propuesta de Áreas de Exclusión Eólica

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