Montaña cantábrica, el último refugio del desmán ibérico
A pesar de la notable regresión – un 68 %- que ha experimentado el desmán ibérico, uno de los mamíferos más amenazados de la fauna europea, que habita en las proximidades de regatos y pequeños cursos fluviales, todavía queda un horizonte de esperanza en las montañas cantábricas. Dónde aún se mantiene una población saludable de este pequeño mamífero, similar a un topo pero con un inconfundible morro por su parecido a una trompeta.
Trabaja en ello el proyecto LIFE Desmanía, presentado por su coordinadora, Rocío Gallego, en la segunda de las jornadas que la II Semana LIFE Miera ha desarrollado en el ecomuseo Fluviarium de Liérganes y que coordina la Fundación Naturaleza y Hombre. Así celebra el 25 aniversario de los proyectos LIFE y la creación de la Red Natura 2000 enmarcándolos dentro de las acciones de divulgación de su proyecto LIFE Conservación de la Biodiversidad en el río Miera actualmente en desarrollo de su fase final.
Su estrategia de conservación se basa en un objetivo esencial como es proteger el hábitat del desmán ibérico; entre otras efectivas medidas como la creación de puertos estivales, para evitar los problemas de déficit hídrico por el estiaje. Para recuperar el entorno en el que se desenvuelve el desmán, se protegerá la vegetación de ribera con tratamientos selvícolas de tal modo que entre la luz hasta el curso fluvial, ascienda la temperatura con ello, y facilite una mayor presencia de microinvertebrados de los que se alimenta.
Una de las principales amenazas a las que se enfrenta el desmán ibérico es la extendida presencia del visón americano que ya se desenvuelve ampliamente por Castilla y León y, según todos los indicios, avanza hacia el norte peninsular.
De esta especie exótica, que representa la mayor amenaza para la fauna autóctona europea, también se debatió en las citadas jornadas gracias a Asunción Gomez Gayubo, coordinadora del proyecto LIFE Lutreola Spain. Ya que este mustélido carnívoro es un exitoso competidor frente al visón europeo, del que únicamente queda población en el Delta del Danubio -Rumanía-, Francia, Rusia y Estonia, además de España, aunque su amplia área biogeográfica lo haya permitido habitar en toda Europa antes del siglo XIX. Por su presencia, y hasta que el visón americano sea erradicado, el visón europeo no abandonará el peligro crítico en que se encuentra, según la UICN, ya que no existen poblaciones viables al haber pocos ejemplares en cada una; solo en España sobreviven unos 200.
Las dunas del litoral cantábrico destacaron su importancia en los hábitats costeros gracias a José Ignacio Alonso Felpete, investigador del Jardín Botánico de Gijón y representante del proyecto ArcosLIFE “Arenales costeros: conservando las dunas cantábricas”. En su presentación defendió el valor ecológico de las dunas y explicó la importancia de preservarlas porque es “el hábitat que se encuentra en peor estado de conservación de los amparados por la Red Natura 2000”.
“En Cantabria, por ejemplo, hay muy pocos sistemas dunares, y esa escasez hace que la biodiversidad se vea muy afectada. Quizá un daño a un punto concreto supone la pérdida de algo que solo se encuentra ahí. Esto, por ejemplo, no pasa tanto en Las Landas –Francia-, cuyos sistemas dunares son muy extensos. Pero lo bueno”, continuó, “es que, si se actúa a tiempo, las especies de estos ecosistemas son fáciles de recuperar”.
Preguntado por el valor ecológico del pinar de Liencres, aledaño a uno de dichos sistemas dunares objetivo del programa LIFE, Jose Ignacio Alonso fue claro: “Pinos hay en muchos otros sitios, y estos no representan un valor especial y perjudican en determinados aspectos a la formación dunar”.
María Recio, del Instituto de Hidráulica de Cantabria (IH Cantabria) de la Universidad de Cantabria, destacó en su intervención el importante papel de los estuarios, así como de los “servicios ecosistémicos” o beneficios para la sociedad que prestan. También resaltó la importancia de establecer una convivencia entre la conservación de los elementos de la Red Natura 2000 con el desarrollo de los diferentes usos antrópicos tales como cultural, turístico o productivo.
Al ser cuestionada respecto a la controversia que está generando el proyecto de construcción de un dique en la Bahía de Santander, para tratar de solucionar el problema de la pérdida de superficie en las playas de El Sardinero, contestó que su aprobación debería depender de “lo que digan los estudios técnicos sobre cómo esta intervención afectaría al puntal de Somo”.
Las plantas invasoras también formaron parte del programa de las jornadas y, en concreto, Pablo García Hoyos, técnico de la empresa pública cántabra de gestión de residuos MARE, del Gobierno de Cantabria, explicó cómo se está trabajando para “contener, porque eliminar es muy difícil”, la chilca en el curso bajo del Miera.
La chilca (Baccharis halimifolia) es un arbusto originario de América y, al igual que en el caso de otras especies vegetales invasoras, el problema es que, dada su gran capacidad de dispersión, desplaza rápidamente a la vegetación autóctona. La chilca, de hecho, se encuentra en el puesto 5 de lo que se conoce como Top 20 de las especies exóticas más dañinas.
El técnico de MARE hizo hincapié en que se “debe hacer una labor de divulgación muy importante” para dar a conocer el problema entre la población. “Todo el mundo conoce ya el plumero, pero hay otras que también hacen mucho daño”. No debe venderse ni favorecer su comercialización, no plantarse en zonas verdes de parques y jardines, no fomentar su dispersión e impedir su proliferación.
Pablo García Hoyos recalcó que contra estas plantas solo se puede trabajar con todas las administraciones y entidades “coordinadas, en todos aquellos lugares donde broten, y con continuidad en el tiempo”. Y además, concluyó, “hay que desvincular estas actuaciones de la política”, para que lo que se haga no dependa del partido político que gobierne en cada momento, “y dotarlas de un presupuesto además de trabajos coordinados que tengan continuidad en el tiempo”.
Mariano Cebolla, coordinador de comunicación del proyecto LIFE Migratoebre que además de devolver cuatro especies migratorias de peces – esturión, anguila, saboga y lamprea- al tramo final del río Ebro, pretende que la población vuelva a mirar al río junto al que vive. Explicó las múltiples acciones de comunicación que desde el programa Migratoebre se llevan a cabo para darlo a conocer a la sociedad y sobre todo a la ciudadanía que vive en torno al río, un gran tótem frente al que sin embargo la población actualmente vive de espaldas.
Al respecto, insistió en que lo que más les ha ayudado a divulgarlo, como web y redes sociales, junto a posters, pegatinas, actividades deportivas, charlas, encuentros y presentaciones a pescadores deportivos, es una maqueta de esturión. Exhibida por ferias y todo tipo de eventos, que fascina al público pues es un pez de 3,5 metros, la talla que realmente puede alcanzar este pez si logra retornar al río en sus condiciones óptimas, y junto a la que el público le gusta fotografiarse.
Con su éxito animó a la Fundación Naturaleza y Hombre a hacer lo mismo con la nutria que se puede ver en el tejado del ecomuseo Fluviarium de Liérganes. “Lo mejor para que sensibilizar sobre vuestro proyecto “LIFE Conservación de la Biodiversidad en el río Miera” es que descolguéis del tejado la maqueta de la nutria para enseñarla en cada acto público que realicéis.” aconsejó.
Desde Fundación Naturaleza y Hombre, fue Laura Dorado, coordinadora de Educación Ambiental, quien expuso todo lo que esta organización hace para que se conozca su trabajo en la cuenca del Miera, tanto entre la población general como entre los escolares. “Los niños”, se quejaba, “no saben lo que es un corzo, un tejón, una nutria… Cuando les preguntas qué animales conocen, te hablan de elefantes, jirafas… Y es importante que sepan todo lo que hay en su entorno”. Por eso, los técnicos de Fundación Naturaleza y Hombre han preparado múltiples materiales y actividades con escolares y profesores, además de actuar entre diferentes sectores sociales como pescadores, cazadores, ganaderos, turistas y veraneantes, técnicos y guarda de las Administraciones.
Actividades sencillas y periódicas como las charlas del viernes en el Fluviarium; o aquellas en las que el ocio al aire libre y la implicación de toda la familia sirven para concienciar ambientalmente. Entre todos los materiales uno de los que mejor ha funcionado es un cuaderno divulgativo titulado “Un viaje por el río Miera” que utilizan en los colegios de la zona, y “que resulta muy atractivo para los niños. Tanto, que a veces los profesores han continuado usándolo en las clases en sustitución de algunos materiales escolares”.
La Custodia del Territorio ha ido imponiéndose los últimos años como una de las herramientas más eficaces en la conservación de la biodiversidad. Al respecto, Alberto Navarro Gómez, que cuenta con gran experiencia en el tema y es responsable de políticas de conservación y agraria en el Foro Estatal de Redes y Entidades de Custodia del Territorio, explicó que este enfoque conservacionista consiste en un acuerdo entre propietarios de terrenos y entidades dedicadas a la conservación para preservar los valores medioambientales de determinado lugar, de modo sean los propios habitantes del lugar quienes se impliquen en su cuidado.
En su intervención recordó la gran labor que Fundación Naturaleza y Hombre despliega al utilizar esta fórmula en muchas de las reservas que gestiona; demostrando que la ciudadanía se organiza e implica en la conservación de la naturaleza, en actuar directamente sobre el territorio. Destacó un acuerdo único en territorio español como es la Marisma de Alday, dentro del proyecto “LIFE Anillo Verde de la Bahía de Santander: conectando la naturaleza y la ciudad”, que se ha establecido por un largo periodo de tiempo -30 años- lo que ya tiene un gran mérito pero además suma de sobresaliente diferentes actores tales como una custodia marina litoral en dominio público, dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, el Ayuntamiento de Camargo y varios propietarios privados.
Como una variante de esta figura, defendió la custodia en ámbitos urbanos como una forma de que los ciudadanos participen en su propio bienestar y en “crear redes sociales de trabajo”. Y además, recalcó la importancia de la “ciencia ciudadana” para la toma de datos y el incremento del conocimiento científico y aseguró que “más de la mitad de los datos, que los científicos manejan en estudios sobre biodiversidad, los aportan los ciudadanos”, y que en esto destaca especialmente el mundo de la ornitología o estudio de las aves.
Pero pesar de estos esfuerzos de conservación, apuntó que “necesitaríamos llegar al 50% de territorios protegidos por todo el mundo para preservar el 80% de la biodiversidad”, mientras que el porcentaje que realmente se cuida es mucho menor.
Esos lugares en la naturaleza que normalmente evitamos atravesar porque están encharcados, hay barro y nos hundimos son sin embargo, lugares donde pasan cosas muy interesantes. Se trata de las turberas y tremedales, a los que Gonzalo Valdeoliva, botánico colaborador de Fundación Naturaleza y Hombre, y Blanca Serrano, coordinadora del proyecto LIFE Miera, destacaron por el importante valor ambiental que representan y por lo que están considerados de interés comunitario y prioritarios para la Directiva Hábitats, que fundamenta el programa LIFE.
Favorecer su conocimiento, propiciar la custodia del territorio y realizar en ocasiones sencillas tareas de concienciación como es la de sustentar al ganado con depósitos de agua que evite que los animales busquen la humedad reinante en estos entornos, han demostrado ser exitosos para desviar la atención del ganado por los tremedales.
En el caso del proyecto LIFE Tremedal el mérito de dar a conocer y sensibilizar del cuidado de estos frágiles hábitats, además se multiplica, tal y como explicó Javier Pérez de Fundación Hazi, al unir la colaboración de siete organismos públicos con experiencia en planificación de espacios de la Red Natura 2000. Favorecer el conocimiento por la sociedad de estos hábitats de turbera en terrenos fangosos y con vegetación abundante, así como su conservación pasa además por acciones de cambios de usos agrícolas, en ocasiones con arraigo cultural, y llevar a cabo medidas físicas de corrección del terreno además de retornar la circulación hídrica a un estado original, así como favorecer la revegetación.
Otro ser vivo desconocido, la píjara o helecho Woodwardia radicans, fue el último protagonista de la segunda de las jornadas de encuentro divulgativo organizado en la Semana LIFE Miera coordinada por Fundación Naturaleza y Hombre al sumarse al 25 aniversario del programa LIFE y de la creación de la Red Natura 2000 y Hombre a través de su proyecto LIFE “Conservación de la biodiversidad en el río Miera”, que coordina. Cuenta con la empresa pública de Cantabria MARE (Medio Ambiente, Agua, Residuos y Energía) y la Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social como beneficiarios asociados. Además dispone del apoyo económico de la citada consejería; de Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España, y del instrumento financiero LIFE de la Unión Europea.
Ya que este helecho, que ha logrado sobrevivir desde la última glaciación en rincones muy protegidos y próximos a nuestros ríos de la Cornisa Cantábrica, busca siempre la sombra y la baja altitud. Lorenzo García, técnico de campo del proyecto LIFE Miera es quien mejor los conoce ya que lo ha inventariado la cuenca del Miera al ser una especie objetivo.
Tres poblaciones existentes y el refuerzo, gracias al ensayo de producción de semillas y germinación de plantas a partir de material recolectado en poblaciones naturales en el Vivero El Pendo, propiedad de la Fundación Naturaleza y Hombre, apuntan a un futuro halagüeño.
No obstante ha de reforzarse la población existente con labores que minimizen las amenazas detectadas como vertidos de residuos, y el avance de plantas invasoras y otros helechos.
Las actividades de la II Semana LIFE Miera continuaron el viernes con una visita de campo acompañados de la corporación de Liérganes y Eduardo Galante, catedrático de zoología de la Universidad de Alicante, para conocer de cerca las actuaciones de conservación que se están llevando a cabo en el municipio; así como la próxima reserva entomológica para el escarabajo ciervo volante (Lucanus cervus) que, gracias a estas tareas de preservación del medioambiente, ha sido definida en el término municipal de Liérganes y presentada ante la Asociación Española de Entomología para su valoración.
Las actividades continuaron el sábado 10 de junio con una excursión por el Alto Miera para ver de cerca las acciones de conservación tales como las charcas creadas por el proyecto donde la presencia de ranas y tritones garantizan su naturalización y el probable retorno de la nutria, una de las especies objetivo del proyecto. Así mismo se visitaron y realizó seguimiento de las reforestaciones realizadas en la cuenca alta del Miera para garantizar el estado ambiental saludable de la cuenca fluvial desde su cabecera. Es de destacar la implicación que algunos propietarios han desarrollado con el proyecto sumándose en acuerdos de custodia del territorio para hacer que la vegetación original consiga de nuevo envolver la cabecera del río. A su vez se visitó la turbera de Bernallán para comprobar el excelente estado que presenta después de su recuperación ambiental. Los participantes de la excursión también pudieron comprobar gratamente sobre el terreno como sus previas acciones de voluntariado, creando las charcas, han tenido un exitoso resultado de conservación.
Para saber más:
Inauguración y presentaciones durante la primera jornada II Semana LIFE Miera
Web FNYH del proyecto LIFE + Nature Conservación de la Biodiversidad del río Miera
LIFE Miera – Biodiversity conservation in river Miera
Facebook del proyeto LIFE + Nature Conservación de la Biodiversidad del río Miera
Web de Fundación Naturaleza y Hombre
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