Ganado autóctono para evitar incendios

Ovejas lachas y carranzanas llevan paseándose todo el 2018 por la Montaña Cantábrico-Burgalesa, en las reforestaciones llevadas a cabo por Fundación Naturaleza y Hombre en colaboración con Fundación Banco Santander, con la importante misión de mantener el bosque libre de maleza y contribuir, así, al éxito de un corredor biológico entre los hayedos del Alto Asón y el Alto Pas.

Talas indiscriminadas para abastecer a las fábricas de cañones o construir navíos a partir del siglo XVII o incendios provocados han hecho que las cuencas fluviales pasiegas sufran especialmente la deforestación, y en un intento de recuperar algo de los bosques originales, FNYH lleva casi 25 años plantando especies autóctonas a través de distintos proyectos, en una extensión de más de 200 hectáreas entre Burgos y Cantabria.

El proyecto ha contado con la colaboración de Fundación Banco Santander

Una de esas iniciativas tenía como objetivo crear un corredor biológico de pequeños bosques que, pasando por el Alto Miera, permitiera a la fauna forestal moverse entre los hayedos del Alto Asón y del Alto Pas. En Burgos, en concreto, las zonas en que se actuó fueron El Bernacho y Busturejo, en el municipio de Espinosa de los Monteros, mientras que en Cantabria se intervino en San Roque de Riomiera, Vega de Pas y Soba. ¿Los beneficiados? Corzos, pícidos (todo tipo de pájaros carpinteros), gatos monteses, jabalíes, azores… y la biodiversidad en general.

Para ello se plantaron hayas, fresnos, tilos, abedules, robles y servales. Ese proyecto, financiado por Fundación Banco Santander, concluyó, pero era necesario asegurarse de que los nuevos árboles salieran adelante, y ahí es donde intervienen las ovejas que, gracias a un nuevo convenio con FBS, han estado pastando en las primeras fases de las repoblaciones para limpiar el área y hacerla menos vulnerable a posibles incendios.

Las costumbres pasiegas en la reforestación

El rebaño, de unas 200 ovejas carranzanas y lachas, está cuidado por mastines y se pastorea según los usos tradicionales. El proyecto contribuye así, además de a la generación de nuevos bosques, a la recuperación de razas autóctonas y de modos de gestión agraria como la muda pasiega, consistente en trasladar a los animales desde el valle a las zonas altas en épocas de buen tiempo mientras que en invierno se vuelven a bajar, y que constituye una práctica muy beneficiosa para el ecosistema, pues en este ir y venir el ganado traslada los nutrientes desde las zonas bajas hasta las cumbres.

El rebaño, de 200 ovejas, mantiene el bosque libre de maleza y evita possibles incendios

En el marco de esta colaboración, se han llevado a cabo también reparaciones en las cabañas pasiegas, construcciones emblemáticas de la zona, con el fin de garantizar refugio para el ganado y conservar el patrimonio etnográfico, así como mantenimiento de cortafuegos y cerramientos, o distintas acciones de educación y sensibilización ambiental.

MÁS RECURSOS:
Fundación Banco Santander
Libro Restauración y Gestión del Bosque Atlántico

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