“Las patas amarillas nos ayudan a identificar a la avispa asiática”, informa Carlos Valcuende
El pasado sábado, 18 de abril, el Ecomuseo-Fluviarium de Liérganes acogió la primera de las charlas informativas organizadas en el marco del proyecto LIFE Miera. Esta charla estuvo dedicada a la avispa asiática (Vespa velutina) y a las medidas que se deben tomar para frenar su expansión por Cantabria. A lo largo de dos horas, los treinta y cinco asistentes escucharon con atención los conocimientos trasladados por Carlos Valcuende, Presidente de la Confederación en Defensa de la Abeja en la Cornisa Cantábrica (CODACC).
La avispa asiática es una especie invasora procedente de China que fue vista por primera vez en Cantabria en 2013, desde entonces su implantación es cada vez mayor ya que se espera que en 2015 los nidos se multipliquen por 10 en la Región. Se trata de una avispa muy voraz, que se alimenta de multitud de insectos polinizadores, orugas y arañas, además de néctar y frutos, afectando de forma especial a los colmenares de abejas.
El hábitat más favorable para la especie invasora es el costero, hasta unos 400 metros de altitud, donde el clima es más suave y hay un alto grado de humedad y agua disponible. En estas zonas su desarrollo será óptimo pudiendo formar nidos de grandes dimensiones, que sitúan en la copa de los árboles, en entorno rural y urbano.
La invasión de esta especie, tal y como comentaba Carlos Valcuende, provocará afecciones a la biodiversidad natural; la apicultura; la fruticultura, ya que a menor polinización menor número de frutos; los trabajos forestales, debido a que las molestias a los nidos pueden ser respondidas mediante picaduras; así como a la seguridad ciudadana.
La ciudadanía puede colaborar en la lucha contra la expansión de la especie avisando de los avistamientos de ejemplares de avispa asiática o de sus nidos. Este aviso se hace a través del 112. La avispa asiática tiene la cabeza y el torax de color más oscuro que la Vespa crabro, su pariente europea, sin embargo la característica más distintiva está en el color amarillo de sus patas, frente a las patas marrones de la especie europea.
Los nidos también son muy peculiares, ya que siempre se suelen colocar en copas de árboles cercanas a cursos de agua, son nidos que pueden alcanzar grandes dimensiones y de los cuales no se ve la apertura para la entrada y salida de avispas, ya que suele estar situada en un lateral y ser muy pequeña. El nido de la Vespa crabro no tiende a estar en los árboles y, además, cuenta con una gran abertura en la base, desde donde se aprecian las celdillas interiores, lo que lo hace inconfundible.
La avispa asiática tiene un ciclo anual completo, desde febrero y durante la primavera las reinas fundadoras establecen un nido primario, más pequeño, para más adelante mudarse a un árbol con las primeras obreras para construir el nido principal. Los meses de julio y agosto son los que el nido cuenta con mayor número de efectivos y es el momento en el que los ataques y daños a las colmenas de abejas son más importantes.
Esta voraz avispa se coloca estratégicamente delante a la piquera, la entrada a la colmena, con el fin de capturar a todas las abejas que, cansadas, vuelven a la colmena cargadas de polen o néctar. Una vez que las abejas se dan cuenta de la amenaza, dejan de salir a recolectar con lo que se produce una merma en las reservas de alimento y en la producción de larvas, lo que acaba debilitando a la colmena, que puede ser rematada por un grupo de avispas que finalmente entran en la colmena.
La Vespa velutina es una especie invasora incluida en el Catálogo Nacional de Especies Invasoras, por lo que la responsabilidad de su eliminación recae en la administración pública con competencias, en este caso la Consejería de Ganadería, Pesca y Biodiversidad del Gobierno de Cantabria, que es la responsable de diseñar y aprobar un protocolo de actuación y de autorizar el uso de trampas para capturar las avispas en el entorno de los colmenares. En la actualidad, los gobiernos de Galicia, Asturias y País Vasco ya cuentan con protocolos de actuación, mientras que Cantabria se encuentra rezagada ya que no ha aprobado un protocolo ni está actuando de forma decidida para acabar la invasión en este momento en el que la especie puede resultar controlable.
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