Hasta la isla Santa Marina con la Comisión Europea
Como cada año, el proyecto LIFE “Conservación de la biodiversidad en el río Miera” ha recibido la visita de seguimiento del programa Life. Durante dos jornadas se ha desarrollado la evaluación de las actuaciones que se están llevando a cabo, realizada por José Alvarez, supervisor del proyecto, y Santiago Urquijo, de la Unidad Life de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea.
El recorrido por este proyecto, que coordina Fundación Naturaleza y Hombre en colaboración con la empresa pública MARE y la Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social del Gobierno de Cantabria, y que además cuenta con el apoyo económico de la citada Consejería, de Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España y del programa LIFE de la Unión Europea, comenzó en la cuenca alta del Miera y siguió su curso fluvial hasta llegar a la ría de Cubas; extraordinaria desembocadura del río en la Bahía de Santander frente a la que se sitúa la isla de Santa Marina con cuya visita se puso fin al reconocimiento de las zonas de actuación del proyecto.
Las reforestaciones llevadas a cabo con especies autóctonas en el área de Peña Negra en el LIC Montes de Valnera, un recorrido a pie por la finca El Cabañal, donde se inicia las rutas interpretativas para lo que se han instalado paneles informativos en el Alto Pas y Miera. Asimismo se prolongó el itinerario por las áreas donde se ha realizado mejoras de hábitats de nutria en la unión de las cuencas del río Pas y el Miera. También se ha actuado en sus zonas de alimentación como charcas en las que se han mejorado sus condiciones naturales con la finalidad de favorecer la reproducción y presencia de anfibios. Junto a las restauraciones de zonas de turberas y tremedales fueron en conjunto los enclaves que centraron la atención en los valles pasiegos.
Durante el trayecto también se analizaron los resultados obtenidos en cuanto a custodia del territorio, en los que el proyecto ha desarrollado acuerdos tanto con la administración pública, como ayuntamientos, como con propietarios privados y con la adquisición de terrenos por parte de FNYH. La comitiva se detuvo en la finca La Jarrota, en el LIC Montaña Oriental, donde se ha vallado y reforestado para fomentar el bosque montano.
Al llegar a Liérganes se hizo hincapié en las actuaciones para la mejora del hábitat del salmón visitando las acciones hechas de permeabilización en el ZEC Río Miera concretamente en la presa de Rubalcaba, donde FNYH construyó un estanque intermedio para facilitar el ascenso por una cascada natural que actúa a modo de escala para peces migratorios. Asimismo se visitó la presa y escala para peces de la presa de Revolvo o Regolgo, ejecutada por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, y de la presa del Arral, donde se ubicará la escala para peces durante el verano 2018.
La bondad climatológica de la segunda jornada de supervisión comenzó en la finca Rubalcaba en ZEC Río Miera donde se analizaron las reforestaciones realizadas para la mejora del bosque ripario, así como las actuaciones practicadas con la finalidad de mejorar el hábitat de la nutria gracias a la instalación de un refugio-madriguera junto al que se encontraron huellas y rastros de nutria.
En la zona se revisaron los acuerdos de custodia del territorio establecidos para proseguir con la visita de la futura Reserva Entomológica del escarabajo ciervo volante (Lucanus cervus) en Liérganes. Al llegar a Rucandio se supervisaron las actuaciones de protección y restauración de la población del helecho Woodwardia radicans, otra de las especies objetivo del proyecto, que han sido posibles gracias al acuerdo de custodia del territorio establecido con el ayuntamiento de Riotuerto.
Sin salir del ZEC Río Miera al llegar a Ceceñas se pudieron contemplar las actuaciones de restauración del hábitat y de sensibilización y difusión del Parque Fluvial La Regata, que será futura Reserva Entomológica del caballito del diablo (Coenagrion mercuriale) y del ciervo volante (Lucanus cervus). Durante el recorrido se avistó a la libélula caballito del diablo, así como los hoteles de insectos, algunos de los cuales servirán de refugio para este último, construidos durante las actividades de educación ambiental ya desarrolladas con los estudiantes de la zona para motivarlos y despertar su sensibilización ambiental.
Tras una parada para almorzar en la zona exterior del ecomuseo Fluviarium, en Liérganes, con productos locales, se procedió a presentar los resultados obtenidos en materia de educación ambiental, divulgación y comunicación del proyecto. Tras lo que se partió hacia Pedreña para embarcar camino de la isla Santa Marina incluida en el ZEC Dunas del Puntal y Estuario del Miera. En esta localidad costera también se aprovechó para supervisar la restauración realizada en la población de Woodwardia radicans.
Es así como se pudo comprobar el gran trabajo realizado para la eliminación de las especies invasoras y restauración del brezal costero acompañados por Gonzalo Valdeoliva y Javier Goñi, los botánicos colaboradores del proyecto. Resultó un magnífico broche natural por ver el asombroso cambio conseguido desde el comienzo de los trabajos de eliminación de plantas invasoras y como el brezal se ha extendido con fuerza y por toda la superficie insular a medida que la chilca desaparecía. Dada la recuperación del territorio y la espléndida primavera de lluvias los botánicos pudieron constatar nuevas especies de plantas no censadas en las salidas anteriores. Lo que antes era solo una masa de chilca se está convirtiendo, gracias a los trabajos de FNYH, en un paraje natural que empieza a albergar una notable biodiversidad.
El grito de las gaviotas acompañó durante el recorrido por la isla hasta la vuelta al barco que esperaba para adentrarse con la bajamar por la ría de Cubas, donde el río desemboca y encuentra el mar en la Bahía de Santander.
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