Voluntarios ERASMUS+ cuentan sus experiencias con FNYH (III)

Continuamos presentando a los voluntarios que nos están acompañando en su experiencia con el programa ERASMUS+ y el Servicio Voluntario Europeo (SVE) en Fundación Naturaleza y Hombre, en sus instalaciones en Salamanca y Cantabria.

Hoy les toca el turno a Erika (Italia), y otra vez a Toni (Croacia), que nos va a contar nuevas cosas.

Erika (Italia)

San Lino (Espeja – Salamanca)

El día de San Lino es fiesta grande en Espeja. Desde hacía mucho tiempo toda la gente me contaba con la sonrisa en la cara sobre estos días, de las actividades que hacen, de las peñas de amigos, de la procesion del Santo, de toda la comida que hay y de lo que divertido que es estar allí en estos días. Por todo lo que me contaban, tenía ganas de ver esta fiesta y también de vivir un momento importante para la gente de Espeja, porque ahora es mi pueblo y ellos son mis amigos.

Una semana antes de la fiesta Toni y yo estuvimos en Cantabria con la Fundación a ver qué hacen allí. Yo de repente me asusté y dije que estaba encantada de tener la posibilidad de estar allí pero que por el día 21 de septiembre tenía que volver a Espeja por la fiesta. Mucha gente no entendía por qué yo quería volver a Espeja en vez de estar allí a ver un lugar nuevo y también haciendo cosas nuevas dado que vivimos en un pueblo bastante aislado. ¡Pero yo siempre contestaba que porque Espeja ¡ES MI PUEBLO!

Y así fue como volvimos de Cantabria después de una semana y cuando llegamos toda la gente estaba en la plaza mirando la iglesia y gritando juntos al son de las campanas por el inicio de San Lino.

Desde que  llegamos no hemos parado de hacer fiesta y de cantar y bailar con toda la gente. He vuelto a ver mucha gente que estuvo en verano, sobre todo los niños que me echaban muchos de menos y he pasado un buen rato bailando y jugando con ellos.

Durante el día del santo hemos tenido el honor de subir al campanario y tocar las campanas por la procesión y enseguida comimos todos juntos. No ha pasado una noche sin cenar en alguna peña. Siempre la gente nos invitaba a cenar con ellos y también nos han dado la camiseta personalizada.

Fue una experiencia importante para mí porque Espeja me ha dado tanto… y eso puede parecer raro porque vivimos en un pueblo y no hay mucho que hacer como en una ciudad. Sobre todo, si vienes de otro país y no conoces a nadie, puedes  sentirse solo. Pero aquí nunca me he sentido sola: las personas son muy acogedoras. De hecho cuando voy por la calle y quiero por ejemplo ir a comprar el pan tardo como media hora porque encuentro siempre alguien que se para a hablar conmigo. Seguro que si hubiera vivido en una ciudad nada de todo eso me hubiera pasado. Este pueblo tiene un alma grande, que nunca olvidaré.

¡Viva Espeja y viva los cebolleros!

Día de vendimia (Espeja)

¡El día de la vendimia es como una fiesta! Toda la gente del pueblo va a vendimiar. Por eso también Toni y yo fuimos invitados en este gran día. Pasamos una buena mañana. Claro, un poco dura por la espalda, pero llena de risas. José, el dueño de la viña, no paraba de cantar canciones tradicionales. Era muy divertido y tengo que decir que canta muy bien. Claro que la parte que me ha gustado más fue el almuerzo a mitad de la mañana. Había de todo: tortilla, chorizo, queso, pan y vino, claro. Al final de mañana nos han invitado a comer con ellos y otra vez un montón de comida y a cantar. Después nos han enseñado el proceso de cómo se saca el zumo y para agradecernos nuestro trabajo nos han dado una caja de uvas deliciosas.

Estuve muy feliz de hacer esta experiencia, también porque nunca lo había hecho antes y encima he aprendido muchas cosas sobre una viña y el vino. Además, he pasado una espléndida jornada con gente muy maja y he participado en un evento del pueblo.

Cantabria

El día trece de septiembre Toni y yo hemos llegado a un pueblo que se llama Guarnizo, en la comunidad autónoma de Cantabria, donde se encuentra la sede principal de Fundación Naturaleza y Hombre. El primer día de llegada hemos conocido a los voluntarios que trabajan allí: Stefano y Riccardo. ¡Son chicos muy majos y nos divertimos mucho juntos! Como bienvenida hemos hecho una barbacoa en la terraza chula que tienen y hemos pasado casi toda la noche allí. Laura, la tutora de los voluntarios, nos ha dicho que el viernes podíamos no trabajar y ver un poco el sitio. Fue así como por el fin de la semana Riccardo y Stefano nos han llevado a muchos sitios como la playa de Somo, Bilbao y el Pozo Negro.

La playa me ha encantado y además a mí me gusta mucho ir al mar y lo echaba de menos. También el trayecto fue bonito porque hemos cogido un barco desde Santander. Luego, después de caminar mucho por la orilla, encontramos un sitio donde parar y he tenido el coraje de bañarme en el mar Cantábrico. La playa de Somo tiene un cierto encanto y desde allí se puede ver la isla donde trabaja la fundación quitando plantas invasoras. El sábado estuvimos en Bilbao, una ciudad que se encuentra en el País Vasco. Aquel día caminamos muchísimo y también encontramos un grupo de gente que puso música cerca del río y se puso a bailar lindy hop, así que estuvimos allí un rato para verlos. El día siguiente estuvimos en una feria de aves, siempre cerca del mar y allí encontramos un señor que estaba anillando y nos pusimos a ver como lo hacía… Fue muy instructivo. Un día por la tarde dimos una vuelta por Liérganes y nos bañamos en un sitio muy chulo llamado el Pozo Negro. donde hay un árbol con una cuerda con la que la gente se tira al agua. Todos los demás lo han hecho, pero yo tenía miedo y el agua estaba demasiado fría para mí. Y cómo olvidar el día que monté a caballo con Patri: hemos hecho una ruta bonita, aunque llovió al final. Pero tengo que agradecerle mucho porque me echaba de menos y fue un regalo bonito para mí.

El lunes empezamos a trabajar y hemos visto casi todos los sitios donde trabaja la fundación excepto la oficina y esto fue una pena porque no hemos conocido toda la gente que trabaja allí. Para empezar vimos la Casa de Alday cerca de las marismas, donde al final de la mañana estuvimos dando un paseo y vimos los caballos losinos. Luego vimos el Fluviarium de Liérganes, que es como un museo de la naturaleza: enseñan el territorio, la vegetación y las especies invasoras. Encima estuvimos en el monte con Lorenzo y este fue el día que más me ha gustado, porque el campo me encanta y allí la naturaleza es maravillosa. Todo es verde y el aire es limpio. Este día hemos buscado los transectos de las plantaciones de los años pasados para medir el crecimiento. Y por último estuvimos en el vivero. El sitio era gigante, tiene muchísimas plantas, semillas y un huerto. También este me ha gustado porque tengo una cierta predilección por las plantas y encima el sitio se encuentra alrededor de las montañas con un paisaje bonito.

En esta semana hemos visto y hecho muchas cosas y quiero agradecer a todos los trabajadores de la fundación y sobre todo a Lorena y a Laura por esta oportunidad.

Toni (Croacia)

Cantabria

En la última semana, mi amiga Erika y yo hemos estado en Cantabria. Allí está otra parte de nuestra Fundación Naturaleza y Hombre. Y allí están nuestro amigos voluntarios  de Italia: Riccardo y Stefano. Allí la fundación tiene más actividades. Y hay más trabajadores que aquí en Campanarios. Ahora me da pena que no hayamos conocido a todos, pero por lo menos hemos conocido a alguno. Y Cantabria me gusta muchísimo. Es preciosa. Lo que más me gusta es el contraste entre la parte interior, las montañas con los bosques verdes, y el mar que está en el norte, todo azul! Uno puede bañarse en el mar (o el río) y disfrutar de las vistas de las montañas. Por eso, siempre me ha gustado el norte de España. También es verdad que hemos tenido mucha suerte con el tiempo, sin lluvia y con mucho sol. Un día hemos visto un poco del País Vasco. Hemos visto Bilbao, que me gustaba por su arquitectura que me recordaba a Lisboa. Y también me recordaba a Lisboa porque es un ciudad con muchas escaleras. Es un ciudad industrial y eso no me gustaba tanto, pero es verdad que hay mucha gente interesante. Me da pena que no hemos visto Santander porque estaba muy cerca de nuestra casa y nos han dicho que es precioso. Nuestros amigos voluntarios viven una vida buena allí. La casa es bonita, está delante  de la estación de los autobuses. Todo está cerca. Ellos dos son muy amables. Es una pena que Riky estaba enfermo (o como Miryam dice, malito), pero hemos disfrutado su compañía cuando se sentía bien. Es la primera vez que he visto a Stefano y es un tío muy amable. Como ha dicho Riky, no es muy hablador, pero es bastante abierto y no es tímido como son las personas silenciosas supuestamente. Y al final, me gustaría decir que aunque Cantabria es muy bonita, yo de momento estoy feliz de vivir en Espeja, mi pueblo pequeño y bonito.

Fiestas de San Lino (Espeja – Salamanca)

Ahora hace tres días que se han acabado las fiestas de San Lino que se celebraron aquí, pero soy consciente de que era algo muy importante para todo el pueblo y para mí mismo.

Voy a empezar esta historia desde el principio, que fue el Mundial. Ahora ya hace unos pocos meses de este partido. Croacia jugaba contra Inglaterra y todos estuvimos en el bar de la piscina, mirando el partido. Allí, con nosotros, también estaban Dani y Alba: una pareja que estaba haciendo un documental aquí en Campanarios. Este día fue loco, muy loco. Todo el pueblo estaba en el bar animando a Croacia y, al final, Croacia ha ganado. Empezabamos a bailar y todo, todo el mundo se volvía loco y Dani dijo que yo tenía que hacer el pregón por las fiestas de San Lino. No creía que era en serio, parecía más como una broma. Pero unos meses después, estaba en Cantabria cuando recibí un mensaje de mi amigo Manu, que es un chico de Espeja. El me decía que Espeja me había elegido para hacer el pregón. Estaba flipando. Me decía que tenía tres días para prepararlo y lo he hecho.

Tres días después, hemos vuelto a Espeja de Cantabria y hemos llegado directamente a las fiestas. Hemos tenido tiempo sólo para cambiar la ropa y ya estábamos con la gente de nuestro pueblo pequeño y bonito. Hemos bebido y hablado con la gente y un poquito después, tenía que hacer mi pregón. Yo nunca he tenido miedo de hablar a la gente, pero tengo que decir que lo tenía esta vez. A pesar del miedo, estoy feliz de cómo lo he hecho y la gente también me ha dicho que le gustó. Cuando se acabó el pregón, podíamos seguir con la fiesta. La gente de Espeja ha mostrado su bondad, gente amable y con gran corazón.

Nunca lo olvidaré. ¡Nunca olvidaré Espeja y San Lino!

Cofinanciado por el programa ERASMUS+ de la Unión Europea.

Cofinanciado por el programa ERASMUS+ de la Unión Europea.

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