Rafael Marquina: “Los anfibios son el grupo de vertebrados más amenazado”
Así lo afirmo el especialista en anfibios y reptiles durante su charla sobre los anfibios de la Cuenca del río Miera, celebrada el pasado viernes en el Fluviarium de Liérganes en el marco del proyecto LIFE Miera, coordinado por Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH).
Liérganes, 7/11/2016
Rafael Marquina, técnico de FNYH especializado en palentología de anfbios y reptiles, doctorando del Grupo de Investigación en Paleontología de Vertebrados de la Universitat de València y colaborador investigador del Museu Valencià d’Història Natural, resaltó ante el numeroso público reunido en el Fluviarium de Liérganes la grave regresión en la que se encuentran los anfibios. También quiso destacar la enorme biodiversidad que acoge la Cuenca del Miera en este sentido, en la que se pueden encontrar “11 de las 13 especies de anfibios presentes en Cantabria”.
Los reptiles y anfibios son animales ectotermos, es decir, su temperatura corporal depende de las condiciones climáticas, por lo que es habitual observarlos soleándose y aprovechando el calor que desprenden las rocas. Tal y como explicó el ponente, dentro de los anfibios existen 3 clases diferentes:
- Las cecilias, que no tienen patas y presentan un cuerpo anillado, siendo en su mayoría de comportamientos subterráneos.
- Los tritones y salamandras, con 4 patas (4 dedos en las de delante y 5 en las detrás) y provistos de cola.
- Y las ranas y sapos, que no tienen cola y también disponen de 4 patas, con las posteriores más desarrolladas, ya que se suelen desplazar saltando.
Del segundo grupo, en el valle del Miera habitan la salamandra común (con la cola redondeada), y tres especies de tritones: alpino, palmeado y jaspeado, siendo los tritones más acuáticos que las salamandras y, aprovechando sus colas aplanadas para nadar.
Los sapos que podemos encontrar en esta cuenca fluvial son el sapo partero, característico por ser el macho el que transporta los huevos entre sus patas traseras, el sapillo pintojo ibérico, el sapo común y el sapo corredor, siendo este último el que menos necesidades hídricas necesita. Por su parte, la ranita de San Antón, la rana verde común y la rana bermeja, más asociada a hábitats terrestres, también son habituales en las zonas de actuación del proyecto LIFE Miera.
Entre las causas que han provocado un grave descenso en las poblaciones de anfibios, la destrucción de su hábitat aparece como la principal, especialmente las de las zonas de puestas. Aunque se los asocia a zonas con agua, no todos los anfibios son grandes nadadores, lo que hace que algunas especies mueran ahogadas en aquellos abrevaderos que no disponen de una pequeña rampa de salida, para que puedan salir una vez depositados sus huevos.
También el cambio a riego por goteo de muchas zonas agrícolas les ha perjudicado, así como la contaminación de las aguas y la introducción de especies exóticas, que muchas veces son portadoras de hongos que solo afectan a las especies autóctonas. El tráfico de especies silvestres, la fragmentación de sus hábitats por carreteras, que hace que muchos mueran atropellados, y el cambio climático, son otras de las muchas amenazas que recaen sobre los anfibios.
El proyecto LIFE Miera está realizando varias acciones para conservar y recuperar los anfibios que habitan la cuenca del río Miera. La principal es el vallado parcial de la turbera de Bernallán, hábitat muy propicio para los anfibios y con una alta sensibilidad al pisoteo y el estiércol del ganado, para evitar su presencia en toda la turbera, para lo que también se han instalado abrevaderos disuasorios.
También está prevista la instalación de refugios para anfibios, pequeños montones de piedras que les ayuden a refugiarse de los depredadores o a superar las condiciones más desfavorables. Igualmente, se creará una red de charcas en la parte alta del río Miera que ayude a mejorar la conectividad, lo que beneficiará tanto a los anfibios como a la nutria, especie objetivo del proyecto LIFE Miera que también verá aumentados sus recursos tróficos. La señalización de paso de anfibios en las carreteras será otra medida que ayudará a reducir el alto índice de atropellos que sufren.
Además de estas medidas, que serán llevadas a cabo por el proyecto LIFE Miera, tanto ganaderos como particulares podemos seguir pequeños gestos que ayudarán a este tipo de fauna. Se recomienda no echar purines cerca de fuentes de agua, pues los anfibios son sensibles a la calidad de la misma, actuando como bioindicadores; y no segar los márgenes de la ribera por completo, donde estos animales encuentran refugio, sino dejar una pequeña franja de 50cm, donde también podrá depositar sus larvas el caballito del diablo (Coenagrion mercuriale), otra especie objetivo del proyecto. Por otra parte, como siempre que nos encontremos con una animal salvaje, debemos evitar manipularlo o causarlos molestias.
El proyecto LIFE Miera, coordinado por FNYH y con la empresa pública Medio Ambiente, Agua, Residuos y Energía de Cantabria S.A. (MARE) y la Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social del Gobierno de Cantabria como beneficiarios asociados, se lleva a cabo con la colaboración del instrumento financiero LIFE de la Unión Europea y el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
La presentación está disponible aquí.
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