El aroma de la primavera inunda la reserva de “Campanarios de Azaba” en el Oeste Ibérico
El pasado 14 de marzo se produjo un hecho histórico. Un águila imperial (Aquila heliaca adalberti) sobrevoló por primera vez en muchos años la reserva biológica de “Campanarios de Azaba”, en la que la Fundación Naturaleza y Hombre promueve, como parte de Rewilding Europe, el proyecto “Oeste Ibérico”.
Ese día, señalado por ser el aniversario de la muerte del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, en accidente de avioneta en Alaska en 1980, pasará doblemente a la historia del Oeste Ibérico. El proyecto “Campanarios de Azaba” de la Fundación Naturaleza y Hombre surgió en 2009 precisamente para devolver al inmenso océano de encinas y robles esta especie emblemática, extinguida en esta zona por la persecución del hombre hace ya muchas décadas.
Al vuelo del águila imperial –la más preciada joya, junto al lince ibérico, del Oeste Ibérico– se ha unido esta semana la primera pareja de d culebreras recién llegadas de África, que ha iniciado sus vuelos nupciales en el alcornoque de la finca de “Campanarios de Azaba” en el que vienen ubicando su nido en los últimos años.
Los buitres negros, leonados y el alimoche bajan estos días como meteoritos a las carroñas que colocamos delante del hide construido en “Campanarios de Azaba” para observar y fotografiar a estos animales, así como el águila real y otras aves de presa que ocasionalmente tampoco desprecian las carroñas si el hambre acucia.
Los cantos de las aves, y las charcas tapizadas ya al completo con las flores de los ranúnculos blancos –donde la fundación Naturaleza y Hombre ha ubicado los hides para observar y fotografiar aves e insectos acuáticos, así como galápagos– nos dicen que la primavera ha llegado al gran Oeste Ibérico, antes que lo diga el calendario.
Los cielos azules y el sol radiante que inunda los días en la primavera del Oeste Ibérico invita a los seres vivos a adelantar su ciclo reproductor y en las próximas semanas la explosión de vida se producirá una vez más. El ciclo reproductor de los seres salvajes, no por esperado dejará, una vez más, de asombrarnos y deslumbrarnos con su inmenso despliegue de belleza y armonía.
El sonido de la noche, con los coros infinitos de anfibios e insectos, interrumpidos por el ulular del cárabo y los cantos de otras aves nocturnas, y la sinfonía de aromas que destila la explosión de flores de los ecosistemas mediterráneos al atardecer, quedan grabados para siempre en la mente de los que tienen la suerte de explorarlos con los sentidos abiertos al mensaje de la naturaleza en estos días tibios y cálidos de la primavera del Oeste Ibérico.
El repetitivo canto de la abubilla, los destellos azules de los inquietos rabilargos y el multicolor destellos de los abejarucos te esperan en el sur de Europa.
Para facilitar vivir estas vivencias, la Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH) y Rewilding Europe han preparado los mejores itinerarios y los hides mejor ubicados, de modo que puedas acercarte a la vida salvaje y disfrutar de una experiencia única en un entorno situado entre los parques nacionales de Monfragüe en Extremadura y y los Arribes del Duero. Justo en el centro de espacio se encuentra la Rerserva Biologica de Campanarios de Azaba de la FNYH. Una reserva privada donde alojarse y observar la fauna mediterránea.