Campanarios de Azaba, parte de la ‘red de fincas modelo’ del Observatorio de la Dehesa salmantino

Nuestra reserva biológica -situada en Espeja (Salamanca)- trabaja para la protección de la biodiversidad de este ecosistema único desde hace más de diez años.

La dehesa salmantina -parte del llamado ‘Oeste Ibérico’ y una de nuestras áreas principales de actuación-, es un paisaje característico que además de servir de modo de vida para muchas personas, es un hábitat de enorme importancia para la biodiversidad y la salud de la naturaleza de la península y de toda Europa.

Esta relevancia ha dado lugar a la creación del Observatorio de la Dehesa, un proyecto que tiene como objetivo dar a conocer y promocionar este ecosistema desde el punto de vista de la conservación, la investigación y la promoción de su economía, de gran importancia para la provincia. Y es que Salamanca cuenta con el 12% del conjunto de dehesas de España. El proyecto cuenta con la colaboración de la Universidad y de la Diputación de Salamanca.

Red de fincas modelo de la dehesa

El  Observatorio de la Dehesa -presentado en febrero pasado- lleva ya un año trabajando en diferentes proyectos, como un banco de semillas y la primera ‘red de fincas modelo de la dehesa en España’, encaminada a reunir a todos los que trabajamos por este ecosistema, en nuestro caso desde hace ya veinte años. Nuestra Reserva Biológica Campanarios de Azaba (en Espeja) forma parte de este primer y selecto grupo de espacios junto con la Finca Experimental Muñovela del IRNASA (en Barbadillo); la de Castro Enríquez, propiedad de la Diputación de Salamanca (en Aldehuela de la Bóveda).

Se trata de tres espacios dedicados a la conservación de la biodiversidad, pero también se pone el foco en la investigación y la producción.

Vaca sayaguesa en Campanarios de Azaba

El Observatorio del que ya formamos parte como finca asociada, trabaja con uno de nuestros principios fundamentales: buscar la colaboración de ganaderos y agricultores, actores clave en la conservación de este ecosistema único. El objetivo, sumar fuerzas para seguir concienciando a las instituciones de la importancia de invertir en este ecosistema predominante en el campo charro y de trabajar por la riqueza, la biodiversidad y los recursos que hacen de él una forma de vida para muchas personas.

En esta línea, el Observatorio comparte otra de nuestras claves a la hora de abordar proyectos: lograr que la conservación natural sea un elemento generador de riqueza y empleo para las personas, a través de iniciativas turísticas -como nuestro Ecolodge y otros establecimientos similares-, gastronómicas o de aprovechamiento de los recursos.