LA FUNDACION NATURALEZA Y HOMBRE, 20 AÑOS DEDICADOS A LA GESTIÓN LOCAL Y GLOBAL PARA RECUPERAR EL MEDIO NATURAL
16/11/2014 – Este mes se cumplen 20 años de que se constituyera, el 16 de noviembre de 1994, la Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH). Una iniciativa y empeño personal de Carlos Sánchez, que ha crecido con ella –y ella con él– de lo local a lo global, trabajando con un nutrido equipo en el que abundan, uno, los buenos profesionales; dos, un cada día más numeroso público de voluntarios y voluntarias que les siguen, y tres, una corte de generosas y visionarias entidades públicas y privadas que apoyan, patrocinan o subvencionan los numerosos proyectos que FNYH ha ido planteando en estos años.
La migración rural del interior de la Península Ibérica hacia las grandes concentraciones urbanas industrializadas, la mayoría en la costa, explica la ubicación geográfica de los proyectos de FNYH. Los padres de su fundador migraron en los años sesenta del pasado siglo de un pueblo de Ciudad Rodrigo, Salamanca, al cinturón industrial de Santander. El río Asón, que pasa cerca de donde nació el impulsor de su protección, llevó a la FNYH a un proyecto para la recuperación de las marismas de Alday, donde desemboca y, después, a repetir un proyecto similar en la Montaña Pasiega, donde nace.
Esos dos proyectos crecieron por separado, ampliándose la iniciativa de proteger zonas costeras degradadas por el urbanismo y la industria al Anillo Verde, que FNYH lleva años restaurando alrededor de la urbe de Santander, y que ahora, en un proyecto Life presentado justamente este año a las ayudas de la Unión Europea, podría llegar a abarcar de costa a costa, desde la legendaria playa de Langre, donde escribió el “Arte de la Cetrería” Félix Rodríguez de la Fuente, a las Dunas de Liencres, donde hizo su tesis doctoral sobre “La vegetación y flora de las playas y dunas de Cantabria” el botánico Enrique Loriente Escallada, ambos referentes y pioneros de la labor desarrollada por la FNYH.
La recuperación de la cubierta vegetal de la Montaña Pasiega, es una acción de FNYH que se extiende por toda esta comarca histórica, que abarca el sur de Cantabria y el norte de la provincia de Burgos. Sus laderas fueron duramente castigada por las ferrerías de Santander que en el siglo XVI construyeron los cañones de la Armada Invencible con el carbón vegetal sacado de talar sus grandes robledales. Ya de antes, estaban fustigados sus bosques por el ganado pasiego. La deforestación de estas montañas llevó a la FNYH a construir el Vivero forestal El Pendo, justo al lado de donde se halla la caverna cercana a Santander con pinturas paleolíticas del mismo nombre, que acoge también semillas de las dehesas salmantinas para repoblar, lo mismo que primero los bosques pasiegos, ahora también las dehesas hispano portuguesas del “Oeste Ibérico”, el último y más ambicioso proyecto de FNYH. Muy cerca de El Pendo, en la localidad de Liérganes, FNYH habilitó en un edificio antiguo el Fluviarum, aula de la naturaleza y centro de interpretación que explica a jóvenes y adultos la vida de los ríos y de las montañas cántabras, visitado anualmente por miles de personas.
La FNYH, tras crecer en Cantabria, volvió los ojos a las tierras del interior de donde procedían los ancestros de su fundador y en 2008 puso en marcha un ambicioso proyecto para, a través de una actuación modélica en las dehesas de robles y encinas de una finca cercana a la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo, pegada a la frontera con Portugal, generar con la Reserva Biológica de Campanarios de Azaba, el núcleo de una propuesta llamada a extenderse por los dos millones de hectáreas de espacios naturales descritos en un libro publicado por la FNYH en 2013, que identifica el “nuevo” espacio natural hispano portugués del Gran Oeste Ibérico y hace la propuesta de generar en él un modelo de gestión supranacional pionero, que de futuro al mundo rural en declive, potenciando la fauna y la flora salvaje.
La FNYH ha pasado en estas dos décadas de lo local a lo global y encara el futuro con una visión internacional de la acción conservacionista, que busca dar respuesta a los grandes retos del futuro, que implican una sociedad cada vez más justa, respetuosa y equilibrada.