Voluntariado en la reserva biológica de Campanarios de Azaba

Durante los meses de julio, agosto y septiembre, la Reserva Biológica de Campanarios de Azaba, acogió a un grupo de 4 voluntarios/as, quienes dedicaron tiempo y esfuerzo a mejorar u formación realizando tareas de conservación y al estudio de la biodiversidad.

Entre las actividades desarrolladas, se acometieron monitoreos de especies de vertebrados e invertebrados; un seguimiento detallado del uso del muladar; estudios de lepidópteros y un inventario de la población de odonatos; un seguimiento de la población de galápago europeo existente en la reserva, así como de las manadas de caballos salvajes de las Retuertas. Todas estas actividades fueron acciones dirigidas a la conservación y mejora de este espacio natural, de 496 hectáreas, que gestiona la Fundación Naturaleza y Hombre desde 2010.

La dirección y el personal de la Fundación desea mostrar su agradecimiento a los voluntarios/as por su trabajo, dedicación y su buen carácter. Hemos aprendido mucho de vosotros. ¡Gracias!

A continuación mostramos algunas de las impresiones personales de los voluntarios:

MARTA LÓPEZ, Licenciada en Ciencias Ambientales y Máster en Análisis y Gestión de Ecosistemas.
“Este verano por casualidad me encontré con la posibilidad de realizar un voluntariado en la Reserva Biológica de Campanarios de Azaba. Algunos familiares y amigos no entendían porqué quería pasar las vacaciones allí, en el medio del campo, en lugar de pasarlas en mi pueblo y aprovechar a estar allí antes de irme un año al extranjero. Pero decidí realizar el voluntariado, de lo cual no me arrepiento para nada. Tuve la oportunidad de aprender muchas cosas sobre la naturaleza que no se aprenden en los libros. Conocí a gente encantadora, con la cual compartí valores de convivencia y compañerismo. Aprendí que se puede ir al trabajo de manera saludable dando un paseo mañanero en bicicleta con la fresca teniendo así la oportunidad de seguir aprovechando la naturaleza”.

MIRIAM LÓPEZ LAG, estudiante de Prácticas de Empresa, Grado en Biología, Universidad de Salamanca
“Este verano realicé mis prácticas en la Reserva de Campanarios y fue una experiencia muy positiva en muchos sentidos. Por primera vez me enfrentaba a algo muy diferente respecto a lo que había hecho hasta ahora en la carrera, y tenía la oportunidad de ver cómo se lleva a cabo el trabajo en una fundación de conservación de la naturaleza. Cambió mucho mi visión respecto al trabajo de campo y aprendí mucho en ese tiempo, al tener la oportunidad de realizar diferentes tipos de trabajos.

Lo más positivo de la experiencia fue con quién compartirla. Los otros voluntarios, los trabajadores de la fundación y la gente de la Alamedilla me hicieron sentir siempre muy cómoda tanto en los momentos de trabajo como en los de ocio.”

RUBÉN URIGÜEN, Estudiante de 3º curso de Grado en Ciencias Ambientales, Universidad de Salamanca
“Este verano he tenido la oportunidad de vivir en una zona inimaginable para mí: Campo de Azaba. A pesar de estar en la provincia de Salamanca me pareció estar en un lugar mucho más lejano y diferente. Ha sido un verano intenso pero a la vez tranquilo, en un pueblo con gente muy amable, La Alamedilla.
Tuve muchas buenas experiencias ; bañarme y empaparme de libertad en el rio Águeda y rio Côa, las rutas y excursiones con Ana, la responsable del voluntariado, descubriendo pueblos preciosos de Portugal, la excursión tan divertida que nos organizó Marta a Navas Frías y Charco Palo, pescar con Andrea y Ana, etc. Me encantaron los atardeceres rojizos sobre la vegetación dorada por el calor del verano, entre otras muchas cosas…
Este verano descubrí mi gran interés y curiosidad por los lepidópteros, su comportamiento y ecología. Además aprendí sobre aves, comportamiento de caballos, especies necrófagas en el muladar, a utilizar la cámara trampa capturando imágenes de corzos, jabalíes, mirlos, etc. Tuve mucha suerte de compartir voluntariado y buenas experiencias con Marta, Miriam, Andrea y Ana. Quiero agradecer a todos los trabajadores de Campanarios de Azaba por haber sido tan amables con nosotros (los voluntarios) y habernos enseñado un poco de su buen trabajo. Tengo que dar las gracias también a Lorenzo por haberme enseñado tanto de aves como de su forma de trabajar.“