Red Eléctrica de España realiza una tala salvaje de más de 500 árboles en el Pozón de la Dolores
FNYH denuncia la tala indiscriminada ejecutada en el Pozón de la Dolores
Más de 500 árboles han sido talados durante la última semana en el Pozón de la Dolores (Camargo). Este asalto a la naturaleza se ha producido dentro de los trabajos de mantenimiento de calles que realiza Red Eléctrica de España (REE).
FNYH denuncia que esta tala indiscriminada ha actuado especialmente sobre Sauces, cerezos, fresnos y alisos. Vegetación de bajo porte, en una zona muy húmeda y sin riesgo de fuegos para la línea.
Asimismo, FNYH defiende que REE no está aplicando en el mantenimiento de sus líneas de transporte ningún criterio de sostenibilidad ambiental, que tenga en cuenta los valores naturales de espacios de gran valor ambiental, como se demuestra en el Pozón de la Dolores.
En un área rodeada de praderías y otros medios, de bajo impacto para las líneas, justifica aún más, tener un tratamiento especial para los hábitats de mayor importancia y buscar en el desarrollo de las compañías eléctricas y de distribución y transporte mayor sostenibilidad ambiental, evitando en todo momento actuaciones como la ocurrida, auténtica barbaridad ambiental. Una zona en recuperación arrasada, sin mediación de diálogo, cometiendo un verdadero atropello ecológico.
Posibles alternativas
La elevación de apoyos es una medida simple que permite salvaguardar la vegetación sin renunciar a la seguridad, dado que se eleva la catenaria en una altura equivalente, lo que supone que la altura libre en el centro del vano se incrementa. De esta forma no solo se preserva el hábitat forestal, sino que se reducen los costes de mantenimiento de las calles, que dejan de ser necesarias.
Pese a esto, los trabajos se podrían realizar de una manera más selectiva y con menor afección sobre los espacios naturales en general, si bien la protección de la Biodiversidad no es algo que impregne los hábitos de REE.
De explotación minera a paraíso para la avifauna
El Pozón de la Dolores fue una antigua explotación minera que, por condiciones geográficas y especialmente por el agua retenida, ha evolucionado hacia un lugar de alto valor ecológico. Se distingue por ser receptora de un gran número de aves migradoras invernantes, en la que cabe destacar el ganso común (Anser anser) y por la maravillosa vegetación de laureles, encinas, robles y fresnos que pueblan esta reserva.
La actual importancia la confiere la presencia de gran cantidad de aves acuáticas, probablemente debido a la progresiva degradación que han venido sufriendo las marismas ya relictas de la zona oriental de la Bahía de Santander.
Con una cuenca de casi 100 has, se trata de un humedal de origen artificial que ahora mantiene una diversidad biológica reseñable.