La Seca es actualmente el fenómeno que pone en mayor riesgo los grandes bosques de quercíneas ibéricos. Se detectan dos formas de seca, una que produce una muerte súbita del árbol en unas semanas y otra produce un lento decaimiento secándose las ramas periféricas para acabar secando el árbol.

El proceso es complejo y no está claro su origen, estando implicados hongos como Diplodia sp. Hypoxilum mediterraneum y Phytophthora cinnamomi. También parecen influir factores climáticos, y según algunos autores un inapropiado manejo de las masas de Quercus, en la mayoría de los casos se produce de forma más acusada en las dehesas con ganado. Por el momento no hay una solución efectiva, teniendo en cuenta las particularidades de estos árboles de crecimiento muy lento y distribuidos en grandes masas, afectando en la Península Ibérica a cientos de miles de hectáreas.